Caída en la demanda interna agrava el panorama para la carne de res mexicana

La industria de la carne de res en México enfrenta una tormenta perfecta: una caída del 1.3 % en la demanda interna y la suspensión de exportaciones a Estados Unidos desde el 15 de mayo debido al brote del gusano barrenador. Este parásito, que afecta al ganado, provocó restricciones por parte del mayor comprador de carne mexicana, representando más del 80 % del valor de estas exportaciones. Aunque el gobierno ha desplegado campañas para erradicar el brote, las pérdidas ya están impactando al sector.
Mientras tanto, en los hogares mexicanos, las restricciones presupuestarias y la inflación han llevado a una transformación silenciosa pero profunda en los hábitos de consumo. La carne de res, cuyo kilo de milanesa puede superar los 300 pesos, ha sido sustituida gradualmente por carne de cerdo (a alrededor de 230 pesos) y pollo (pechuga a unos 140 pesos), debido a su mayor accesibilidad. En mercados populares como el Martínez de la Torre, los carniceros ofrecen productos alternativos y recomiendan recetas más económicas para conservar a sus clientes, mostrando una mayor proporción de cortes baratos, carnes molidas con más grasa, e incluso mortadela y chorizo.
Pese a la baja en el consumo de res, la ingesta total de proteína cárnica creció un 4.4 % en el primer trimestre del año. El cerdo tuvo un incremento del 9.5 % y el pollo del 4.6 %, lo que compensa en parte la baja en la carne roja. Las familias han respondido con ingenio, cambiando lo que compran sin dejar de consumir proteínas, un fenómeno que evidencia tanto la presión económica como la capacidad de adaptación. Como resumen, las proteínas siguen presentes en los platos, pero han cambiado de forma, sabor y precio.

Esta noticia es un ejemplo claro de cambio en la demanda, ya que describe cómo las familias mexicanas han ajustado sus decisiones de consumo frente a un entorno económico complejo, disminuyendo la demanda de carne de res y redistribuyendo su consumo hacia otros productos. Es una demostración práctica de cómo la demanda no es estática, sino que varía con los precios, los ingresos y las circunstancias del mercado.

Comentarios